La floresta da Tijuca es el bosque urbano más grande del mundo y cumple un papel muy importante en la vida de la ciudad.
Es la principal área verde de Río y la encargada de preservar los manantiales de agua que abastecen la ciudad , controla la contaminación atmosférica , previene la erosión , evita inundaciones , regula la temperatura de la ciudad y además alberga una diversa flora y fauna tanto nativa como introducida.
Durante los siglos XVII y XVIII fué deforestada por la explotación del árbol Pau Brasil y la instalación de plantaciones de café.
El Emperador de Brasil Don Pedro II ordenó la expropiación de los terrenos y su completa reforestación.
El proceso de recuperación duró cerca de 17 años durante los cuales se plantaron más de 130 mil árboles y se transformó en un espacio de uso público con la incorporación de fuentes, miradores y zonas de descanso.
Para su mayor protección fué declarada parque nacional en 1961 y siendo uno de sus mayores puntos de atracción turística «el Cristo Redentor «.